LA GÉNESIS DE UNA MENTE VOLADORA

Preguntarle a alguién cuanto tiempo creyó en el viejo pascuero tiene tan poco sentido que no serviría de nada hacerlo. Sin embargo, si van a preguntarme cuanto tiempo de mi niñez la pasé creyendo en un viejo con un abrigo rojo puedo decir con seguridad que nunca creí en él en primer lugar. Sabía que el pascuero de las navidades en los primeros años de la básica era falso. Ni siquiera tuve que ver a mi mamá besando al viejo pascuero. Supongo que sólo era un niño precoz que se cuestionaba la existencia de un viejo que sólo trabaja en navidad.

Acerca de extraterrestres, viajeros en el tiempo, fantasmas, demonios, poderes paranormales o malvadas organizaciones y sus héroes de animé o comics que pelean contra ellos, no me di cuenta que no fueran reales hasta algún tiempo después.No, probablemente ya sabía la verdad, solamente no quería admitirlo.

Dentro de mi corazón deseaba que los extraterrestres, viajeros en el tiempo, fantasmas, demonios, personas con poderes paranormales o las malvadas organizaciones aparecieran frente a mi.

¡Pero la verdad es cruel!

Debemos aceptar lo bién escritas que están las leyes de la física. En algún momento dejé de estar pegado al televisor viendo especiales sobre Ovnis y programas de psíquicos. Extraterrestres, viajeros en el tiempo, poderes paranormales. Nada de eso podía existir, aunque deseaba que existieran. Así que supongo que mi habilidad de mantener mis convicciones mientras acepto la realidad es un signo de mi madurez. Luego de licenciarme de básica también me gradué de esos sueños infantiles y me acostumbre a la rutina de este mundo. Y así entre a la enseñanza media sin ninguna aspiración en mente hasta que crecí.

Ahora tengo la libertad de creer e imaginar, la creatividad es el legado incubado de mil fantasías, lo llamo una "habilidad, un "don"... un arte. Después de todo, cada loco con su tema y este cuento se acabó.