El roce levemente del 18 de septiembre acaba de pasar y ha dejado un halo de días despejados y ambiente tibio. Claro, como no si se nos viene la época del año en que nuestros poros, ojos, nariz, piel sufre. Esa época del año en que los árboles expelen pelusas, las flores mucho más polen y cada salida al entorno natural para muchas personas se convierte en una odisea en que nunca debe faltar Clorfenamina, si señoras y señores, me refiero a la siempre y fore ver ande ver bien mirada Primavera.
Época del año que aunque si fuera poco por lo antes mencionado nos inunda con decoraciones amistosas y hace que la química y biología del reino animal funcione a altas velocidades gracias a las hormonas, testosteronas y feromonas. Es increíble la capacidad de copulación (para decirlo sutilmente) que se genera en esta estación del año.
Otro punto bien de la mano a estos mencionados es que cada salida se convierte en un espectáculo visual de ñoñerias, mamonerias y en especial en plazas y parques en donde no existe banca disponible si no está tomada por romeo y Julieta… y que decir del pasto, en donde aquello revolconcitos se hacen bolitas entre cariñitos. Sin duda una fecha de unicornios de colores, arcoiris brillantes, elefantes rosados danzan por doquier y en que cupido con su ridícula puntería siempre hace el trabajo a medias.
Bienvenida Primavera 2011, no me agradas pero te soportaré con los dientes juntos.
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