lunes, 15 de octubre de 2012

Nikita Javiera


¿El perro el mejor amigo del hombre?, en mi caso ese dicho cobró prueba y refutable y encarnación propia llamada Nikita Javiera, más conocida como Nikita, una labradora rellenita que supo darle a mi familia momentos de felicidad, rabia, pena, preocupación, risas y todo tipo de sentimientos. Bueno más que una mascota siempre fue como la niña que mis padres no tuvieron y la hermanita que nosotros no tuvimos. A decir verdad es duro escribir de esto sin sentir esa pena que aún no se va desde tu partida pero es necesario canalizar las cosas de vez en cuando, mal que mal esta semana he sido una bomba de tiempo latente a estallar en todo ámbito.

Llegó un 27 de enero del año 2003, justo para mi cumpleaños como regalo, apenas la vi cachorrita y tímida nos enamoramos de manera inmediata, la gorda, como le decíamos, amaba refregarse entre los arbustos del jardín, adoraba los caquis, los higos y las manzanas, se paraba sobre el tronco de una parra para sacar uvas, era una “wachi hippie lais” jajajajajajaja, su contonear al caminar no pasaba inadvertido cuando la sacaba a pasear, que de por si decirlo era un imán de minas y uno ahí chocho sacando pecho. 

Celosa como ella sola, si una mina se me acercaba o me abrazaba erizaba los pelos de la nuca y gruñía hasta ladrar amenazantemente, claro, era su “amo”… “amo?” jamás me gustó esa palabra, éramos partners, compañera de muchas penas, cómplice de alegrías en largas conversaciones en donde se echaba a mi lado dando la impresión de escucharme y entre más pena tenía ponía su cabeza entre mis rodillas debajo de mi mano para que la acariciase o simplemente me lamía las manos. Era imposible seguir enojado o con pena teniendo a ese peludo paquetito de ternuras a tu lado.

Dicen que las cosas pasan por algo, dicen que dios tiene un propósito para todo, no se quien fregados habrá inventado esas cagadas de dichos o que mierda tiene “Dios” en la cabeza para permitir ciertas cosas, pero lo único que se es que sin duda, por todo el cariño y alegría entregada a nosotros tu familia, a tíos, amigos, ex novias y gente conocida en general que ahora estás en un lugar muchísimo mejor en donde comes jugosas galletitas de carne y leche con mucha fruta fresca, corriendo al lado de mi otrora mejor amigo peludo llamado Panzer, se que estás en un lugar relajante porque te lo ganaste y lo tenías más merecido que cualquier figura religiosa en este planeta. 

Ahora me queda comportarme a mi de cierta manera para que nos juntemos aquel día y salgamos a caminar con tu arnés azul y descansemos bajo una eterna puesta de sol. 

Solo queda agradecerte por todo y que siempre estarás en todo lugar donde vaya, ya sea con tus fotos y tu presencia en mí.


Nos vemos Gorda, hasta ese entonces Nikita. 

Septiembre 2002 – 08 Octubre 2012