domingo, 22 de septiembre de 2013

QUIEBRE


Que palabra no?, esa que a mucho les pone los pelos de punta, esa palabra que más que una “palabra” es la línea accidentada que divide lo que fue, es y será; la que te cambia la perspectiva de la realidad dejándote a la deriva emocionalmente si en realidad estabas bien clavado a una persona, si porque es a esos quiebres sentimentales a los que me refiero.

Cuando todo va bien y empieza a cambiar todo y se va en picada para que uno de los dos diga adiós por la decisión, la verdad nunca fui bueno para las despedidas, he pasado por diversos quiebres en mi vida, de los más duros llenos de descalificaciones y culpas cruzadas en que ambos nos victimizamos y que al final todo queda en “si te he visto no me acuerdo”, también he pasado por esos que no te afectan en lo absoluto y puedes ser capaz de quedar de buena manera con esa persona y está los otros que te dejan para la cagá, triste achacado y con ganas de no levantarte de la cama y dormir todo ese fin de semana. Creo que este último es cuando de verdad sentías algo fuerte por esa persona y esperabas un final de teleserie, lástima que nunca fui bueno para los guiones.

Seamos sinceros, es difícil pasar de un día para otro con esa sensación de que no veras más a esa persona especial, que no la oirás más y que no la sentirás físicamente más en tu cuerpo porque eso sería lacerar aún más esos sentimientos.  Que complejo  mostrar naturalidad ante el resto, templanza y que todo va bien cuando al mirarte en el espejo tienes ojeras por la falta de sueño y la barba crecida. La mente nos juega en contra y muchas veces se nos viene a la cabeza la imagen de esa persona con otra rehaciendo su vida y es ahí cuando tienes dos caminos, sumirte en un lago de resentimiento depresivo con tristeza o simplemente aceptar que tienes una vida y debes hacerte cargo de ella porque ya estas libre para seguir adelante.
A veces se gana, a veces se pierde, los quiebres después de todo pueden marcar un inicio de algo nuevo, soy pésimo para las despidas y suelo mandar todo  la mierda aunque después tenga susurros en mi cabeza pero el quiebre ya está.


“Nunca te enamores de un corazón roto, algunas piezas siguen perteneciendo a otro y nunca podrás tenerlo por completo”


Me duele la cabeza y tengo sueño… 




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